lunes, 6 de julio de 2009

Artículo Educación Emocional

UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO
FACULTAD DE EDUCACIÓN
Pedagogía para Profesionales
Prof. María Teresa Rojas
Primer Semestre 2009

Autores:
Mª Gabriela Rivera L.
Pedro Ayala A.
Alejandro Antúnez A.

Introducción

Durante mucho tiempo se ha considerado como primordial en el aprendizaje escolar el buen desarrollo de asignaturas que simbolizaban un grado elevado de inteligencia, como es el caso de: matemáticas, lenguaje, física, biología. A partir de las investigaciones de las inteligencias múltiples, y luego con los aportes de Maturana y el boom mediático de Goleman, se le ha comenzado a dar mayor detenimiento a la inteligencia emocional, y su consecuente formación en el aula.

Ante la interrogante de que como definiríamos la educación emocional, como grupo de trabajo la entendemos como el conjunto de técnicas de enseñanza en un proceso de desarrollo continuo , encaminadas a posibilitar la capacidad para percibir, valorar y expresar las emociones propias, permitiendo, de esta manera, identificar las emociones de los otros, basándose en el concepto de inteligencia emocional que no es más que la manera inteligente de vivenciar las emociones , que nos hacen desarrollarnos como personas íntegras y así ser capaces de desenvolvernos en una instancia de plena convivencia, potenciando el fluctuar de la comunidad.

En este artículo queremos ahondar en la importancia que tiene la educación emocional en la escuela, comenzando por dar antecedentes sobre la misma, luego sus orígenes como derivado de la inteligencia emocional, posteriomente definiciones sobre lo que son las emociones, y las miradas de autores como Bisquerra, Maturana y Casassus, después se señalarán experiencias educativas realizadas en Europa y se finaliza con la conclusión.

Antecedentes

El término inteligencia emocional se viene acuñando desde los años 90, esta denominación la dieron los sicólogos John Mayer y Peter Salovey. El término aparece en un articulo académico escrito por ambos docentes. En él se apreciaba una investigación en la que trataban de desarrollar alguna forma de medir científicamente las diferencias entre las habilidades en el área emocional de las personas. Ellos encontraron que algunas personas eran mejores que otras en cosas como identificar sus sentimientos, identificar los sentimientos de otros y resolver problemas que involucran temas emocionales.
Sin embargo, la persona más comunmente asociada con el término inteligencia emocional es un escritor y consultor norteamericano llamado Daniel Goleman. En 1995 escribió el libro "Inteligencia Emocional". En este libro recolectó mucha información interesante acerca del cerebro, las emociones y el comportamiento. También creó su propia definición de inteligencia emocional ligeramente basada en las ideas de Mayer y Salovey, pero Goleman estiró el concepto bastante.
Pero los origenes del concepto de "Inteligencia Emocional" se remonta a inicios del siglo XX con el concepto de Inteligencia Social del psicólogo Edward Thomdike (1920) quien la definió como "la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en la relaciones humanas".
La inteligencia emocional conflictúa el coeficiente intelectual. En 1904 el gobierno francés pidió al psicólogo Alfred Binet y a un grupo de colegas suyos, que desarrollaran un modo de determinar cuáles eran los alumnos de la escuela primaria con el "riesgo" de fracasar, para que éstos alumnos recibieran atención compensatoria. De sus esfuerzos nacieron las primeras pruebas de inteligencias. Importadas a los Estados Unidos varios años después, las pruebas de inteligencia se difundieron, así como la idea de que existía algo llamado "Inteligencia" que podía medirse objetivamente y reducirse a un puntaje de "coeficiente intelectual".
Antecedentes sobre el tema planteados por pensadores e intelectuales, los hallamos primeramente en Rousseau, quien opina que el niño debe aprender a través la experiencia, allí se ponen en juego las relaciones inter e intra personal y las inclinaciones naturales. Pestalozzi apuesta a un currículo de integración intelectual basado también en las experiencias. Freobel (fundador de los jardines Infantes) habla del aprendizaje a través de experiencias con objetos para manipular, juegos, canciones, trabajos. John Dewey ve al aula como un microcosmos e la sociedad donde el aprendizaje se da a través de las relaciones y experiencias de sus integrantes. Alexander Neill, en la escuela de Summerhill, dió un importante aporte a la educación emocional. Él planteaba que debía educarse mediante el amor, para así formar alumnos felices. Era primordial entregar calidez personal y afecto en la relación educativa, queriendo llegar de esta manera al fondo emocional de los alumnos. En la base de la educación se debía colocar el afecto recíproco, (empatía), entre profesores y alumnos. Se debía incidir sobre las emociones, Neill le daba a éstas mucha importancia porque son la puerta que aseguran la felicidad, y teniendo esta primera fase equilibrada es más factible la adquisición de conocimientos, facilitando el aprendizaje, además que permite la construcción personal, fortaleciendo la identidad. La tan ansiada busqueda de la felicidad, se explica, según Neill, porque asegura un buen desarrollo infantil intrapersonal, ya que permite y faculta el interpersonal (sociedad) y fortalece el futuro del niño ya que se es mejor persona. Mediante la felicidad el sujeto se humaniza, y es una garantía para la convivencia social. Como señala Puig (2002, p.161) "Su meta era recurrir a la niñez y adolescencia con el fin de crear integridad emocional y fuerza personal. Neill consideraba que una vez que tal integridad hubiera sido alcanzada, los niños quedarían automotivados para aprender lo que académicamente requirieran."

Aproximación a Teoría de Inteligencias Múltiples e Inteligencia Emocional

Inteligencias Múltiples

Al tener esta perspectiva más amplia, el concepto de inteligencia se convirtió en un concepto que funciona de diferentes maneras en las vidas de las personas. Gardner proveyó un medio pa determinar la amplia variedad de habili des que poseen los seres humanos, agrupándolas en siete categorías o "inteligencias":
a- Inteligencia lingüística: la capacidad para usar palabras de manera efectiva, sea en forma oral o de manera escrita. Esta inteligencia incluye la habilidad para manipular la sintaxis o significados del lenguaje o usos prácticos de lenguaje. Algunos usos incluyen la retórica (usar el lenguaje para convencer a otros de tomar un determinado curso de acción), la mnemónica (usar el lenguaje para recordar información), la explicación (usar el lenguaje para informar) y el metalenguaje (usar el lenguaje para hablar del lenguaje). b- La inteligencia lógico matemática: la capacidad para usar los números de manera efectiva y razonar adecuadamente. Esta inteligencia incluye la sensibilidad a los esquemas y relaciones lógicas, las afirmaciones y las proposiciones (si-ento es, causa-efecto), las funciones y las abstracciones. Los tipos de procesos que se usan al servicio de esta inteligencia incluyen: la categorización, la clasificación, la inferencia, la generalización, el cálculo y la demostración de la hipótesis. c- La inteligencia corporal-kinética: la capacidad para usar todo el cuerpo para expresar ideas y sentimientos (por ejemplo un actor, un mimo, un atleta, un bailarín) y la facilidad en el uso de las propias manos para producir o transformar cosas (por jemplo un artesano, escultor, mecánico, cirujano). Esta inteligencia incluye habilidades físicas como la coordinación, el equilibrio, la destreza, la fuerza, la flexibilidad y la velocidad asó como las capacidades auto perceptivas, las táctiles y la percepción de medidas y volúmenes. d- La inteligencia espacial: la habilidad para percibir de manera exacta el mundo visual- espacial (por ejemplo un cazador, explorador, guía) y de ejecutar transformaciones sobre esas percepciones (por ejemplo un decorador de interiores, arquitecto, artista, i entor). Esta inteligencia incluye la sensibilidad al color, la línea, la forma, el espacio y las relaciones que existen entre estos elementos. Incluye la capacidad de visualizar, de representar de manera gráfica ideas visuales o espaciales. e- La inteligencia musical: la capacidad de percibir (por ejemplo un aficionado a la música), discriminar (por ejemplo, como un crítico musical), transformar (por ejemplo un compositor) y expresar (por ejemplo una persona que toca un instrumento) las formas music es. Esta inteligencia incluye la sensibilidad al ritmo, el tono, la melodía, el timbre o el color tonal de una pieza musical. f- La inteligencia interpersonal: la capacidad de percibir y establecer distinciones en los estados de ánimo, las intenciones, las motivaciones, y los sentimientos de otras personas. Esto puede incluir la sensibilidad a las expresiones faciales, la voz y los gestos( , la capacidad para discriminar entre diferentes clases de señales interpersonales y la habilidad para responder de manera efectiva a estas señales en la práctica ( por ejemplo influenciar a un grupo de personas a seguir una cierta línea de acción). g- La inteligencia intrapersonal: el conocimiento de sí mismo y la habilidad para adaptar las propias maneras de actuar a partir de ese conocimiento. Esta inteligencia incluye teuna imagen precisa de uno mismo (los propios poderes y limitaciones), tener conciencia ds estados de ánimo interiores, las intenciones, las motivaciones, los temperamentos y los deseos, y la capacidad para la autodisciplina, la auto comprensión y la autoestima.

Inteligencia Emocional

Inteligencia Emocional es el uso inteligente de las emociones: de forma intencional hacemos que nuestras emociones trabajen para nosotros, utilizándolas con el fin de que nos ayuden a guiar nuestro comportamiento y a pensar de que manera pueden influir mejorando nuestros resultados.

En esta era el progreso de la persona no depende de cómo utilicemos nuestra capacidad intelectual, del conocimiento sino de cómo controlemos nuestras emociones para beneficio propio

La Inteligencia Emocional comprende y se desarrolla en cinco áreas fundamentales de habilidades:

1. Autoconocimiento Emocional
2. Control Emocional
3. Automotivación
4. Reconocimiento de las Emociones ajenas
5. Habilidad para las Relaciones Interpersonales

1. Autoconocimiento Emocional: Reconocer un sentimiento mientras éste se presenta es la clave de la Inteligencia Emocional. La falta de habilidad para reconocer nuestros propios sentimientos nos deja a merced de nuestras emociones. Las personas con esta habilidad consiguen conducir mejor sus vidas.
2. Control Emocional: Es la habilidad de lidiar con los propios sentimientos, adecuándolos a cualquier situación. Las personas que carecen de esta habilidad caen constantemente en estados de inseguridad, mientras que aquellas que poseen un mejor control emocional tienden a recuperarse más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. Automotivación: Dirigir las emociones para conseguir un objetivo es esencial para mantenerse en un estado de búsqueda permanente y para mantener la mente creativa para encontrar soluciones. Las personas que tienen esta habilidad tienden a ser más productivas y eficaces, cualquiera que sea su emprendimiento.
4. Reconocimiento de las Emociones Ajenas: La empatía es otra habilidad que construye autoconocimiento emocional. Esta habilidad permite a las personas reconocer las necesidades y los deseos de otros, permitiéndoles relaciones más eficaces.
5. Habilidad para las Relaciones Interpersonales: El arte de relacionarse es, en gran parte, la habilidad de producir sentimientos en los demás. Esta habilidad es la base en la que se sustenta la popularidad, el liderazgo y la eficiencia interpersonal. Las personas con esta cualidad son más eficientes en todo lo que dice relación con la interacción entre individuos. Son las "estrellas sociales".

Las tres primeras habilidades se refieren a la Inteligencia Intrapersonal.

Las dos últimas a la Inteligencia Interpersonal.

Inteligencia Interpersonal

Es la habilidad de entender a otras personas, lo que las motiva, cómo trabajan y cómo trabajar cooperativamente con ellas. Tienen cuatro aspectos principales:

A. Organización de Grupos: Es la habilidad esencial del liderazgo que involucra la iniciativa y la coordinación de esfuerzos de un grupo. No es el poder inherente a los cargos formales, sino la habilidad de obtener de un grupo el reconocimiento del liderazgo y la cooperación espontánea.

B. Negociación de Soluciones: El papel del mediador, previniendo y resolviendo conflictos. Su característica es la diplomacia. Es aquel que argumenta y busca entender los puntos de vista ajenos.

C. Empatía – Sintonía Personal: Es la capacidad identificar y entender los deseos y sentimientos de los demás, y responder (reaccionar) en forma apropiada para canalizarlos en pro del interés común. Capacidad de motivar, de ayudar a las personas a liberar su talento. Las personas con estas características son excelentes gerentes y vendedores.

D. Sensibilidad Social: Es la capacidad de detectar e identificar sentimientos y motivos de las personas. El hecho de conocer cómo se sienten o son motivados los individuos, ayuda a establecer la armonía interpersonal.

Inteligencia Intrapersonal

Es la misma habilidad, pero volcada hacia sí mismo. Es la capacidad de formar un modelo verdadero y preciso de sí mismo y usarlo de forma efectiva y constructiva.

Educación Emocional por diversos autores: Bisquerra, Maturana y Casassus

1.Educacion Emocional por Bisquerra

Concepto de emoción

Para poder hablar de educación emocional necesitamos saber qué es una emoción y que implicaciones para la práctica se derivan de este concepto.
Una emoción se produce de la siguiente forma: 1) Unas informaciones sensoriales llegan a los centros emocionales del cerebro. 2) Como consecuencia se produce una respuesta neurofisiológica. 3) El neocortex interpreta la información.
De acuerdo con este mecanismo, en general hay bastante acuerdo en considerar que una emoción es un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada. Las emociones se generan como respuesta a un acontecimiento externo o interno. En síntesis, el proceso de la vivencia emocional se puede explicar asi.
El proceso de valoración puede tener varias fases. Según Lazarus (1991b) hay una valoración primaria sobre la relevancia del evento: ¿es positivo o negativo para el logro de nuestros objetivos? En una evaluación secundaria se consideran los recursos personales para poder afrontarlo: ¿estoy en condiciones de hacer frente a esta situación?
Gran parte de lo que el cerebro realiza cuando se produce una emoción sucede independientemente del conocimiento consciente; se realiza de forma automática. Conviene insistir en que la mayoría de emociones se generan inconscientemente. También es útil distinguir entre reacciones emocionales innatas y acciones emocionales voluntarias. Las respuestas de evitación se encuentran a mitad de camino entre ambas (LeDoux, 1999: 293). Cuando hablamos de las acciones emocionales voluntarias nos referimos a los sentimientos (LeDoux, 1999: 300). Estado de ánimo se refiere a un estado emocional mantenido durante semanas o más tiempo. Coincidimos con Frijda (1994) al afirmar que las emociones nos dicen qué hechos son verdaderamente importantes para nuestra vida.

Componentes de la emoción

Hay tres componentes en una emoción: neurofisiológico, conductual, cognitiva. La neurofisiológica se manifiesta en respuestas como taquicardia, sudoración, vasoconstricción, hipertensión, tono muscular, rubor, sequedad en la boca, cambios en los neurotransmisores, secreciones hormonales, respiración, etc. Todo esto son respuestas involuntarias, que el sujeto no puede controlar. Sin embargo se pueden prevenir mediante técnicas apropiadas como la relajación. Como consecuencia de emociones intensas y frecuentes se pueden producir problemas de salud (taquicardia, hipertensión, ulcera, etc.). Por eso, la prevención de los efectos nocivos de las emociones en el marco de la educación emocional se puede entender como un aspecto de la educación para la salud.
La observación del comportamiento de un individuo permite inferir qué tipo de emociones está experimentando. Las expresiones faciales, el lenguaje no verbal, el tono de voz, volumen, ritmo, movimientos del cuerpo, etc., aportan señales de bastante precisión sobre el estado emocional. Esta componente puede intentar disimularse. Por ejemplo, las expresiones faciales surgen de la actividad combinada de unos 23 músculos, que conectan directamente con los centros de procesamiento de las emociones, lo que hace que el control voluntario no sea fácil; aunque, siempre es posible "engañar" a un potencial observador. Aprender a regular la expresión emocional se considera un indicador de madurez y equilibrio que tiene efectos positivos sobre las relaciones interpersonales.
La componente cognitiva o vivencia subjetiva es lo que a veces se denomina sentimiento. Sentimos miedo, angustia, rabia y muchas otras emociones. Para distinguir entre la componente neurofisiológica y la cognitiva, a veces se emplea el término emoción, en sentido restrictivo, para describir el estado corporal (es decir, el estado emocional) y se reserva el término sentimiento para aludir a la sensación consciente (cognitiva). La componente cognitiva hace que califiquemos un estado emocional y le demos un nombre. El etiquetado de las emociones está limitado por el dominio del lenguaje. Dado que la introspección a veces es el único método para llegar al conocimiento de las emociones de los demás, las limitaciones del lenguaje imponen serias restricciones a este conocimiento. Pero al mismo tiempo dificulta la toma de conciencia de las propias emociones. Estos déficits provocan la sensación de "no sé que me pasa". Lo cual puede tener efectos negativos sobre la persona. De ahí la importancia de una educación emocional encaminada, entre otros aspectos, a un mejor conocimiento de las propias emociones y del dominio del vocabulario emocional.
Es interesante relacionar estos tres componentes con la clasificación de objetivos didácticos. Si bien lo observamos veremos un paralelismo entre: a) “Hechos, conceptos y sistemas conceptuales” con la dimensión cognitiva; b) “Procedimientos” con el comportamiento; c) “Actitudes, valores y normas” con respecto a la dimensión emocional.

Concepto de educación emocional

El desarrollo de las competencias emocionales da lugar a la educación emocional. Concebimos la educación emocional como un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de la persona, con objeto de capacitarle para la vida. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social.
La educación emocional es un proceso educativo continuo y permanente, puesto que debe estar presente a lo largo de todo el currículum académico y en la formación permanente a lo largo de toda la vida. Es decir, la educación emocional tiene un enfoque del ciclo vital. La educación emocional se propone optimizar el desarrollo humano. Es decir, el desarrollo personal y social; o dicho de otra manera: el desarrollo de la personalidad integral del individuo.
La educación emocional es una forma de prevención primaria inespecífica. Entendemos como tal a la adquisición de competencias que se pueden aplicar a una multiplicidad de situaciones, tales como la prevención del consumo de drogas, prevención del estrés, ansiedad, depresión, violencia, etc. La prevención primaria inespecífica pretende minimizar la vulnerabilidad de la persona a determinadas disfunciones (estrés, depresión, impulsividad, agresividad, etc.) o prevenir su ocurrencia. Para ello se propone el desarrollo de competencias básicas para la vida. Cuando todavía no hay disfunción, la prevención primaria tiende a confluir con la educación para maximizar las tendencias constructivas y minimizar las destructivas.

Fundamentos de la educación emocional

La educación emocional recoge las aportaciones de otras ciencias, integrándolas en una unidad de acción fundamentada. Algunos de los fundamentos más relevantes de la educación emocional son los siguientes.
Los movimientos de renovación pedagógica, con sus diversas ramificaciones (escuela nueva, escuela activa, educación progresiva, etc.), se proponían una educación para la vida, donde la afectividad tenía un papel relevante. Ilustres teóricos y representantes de estos movimientos han llamado la atención sobre la dimensión afectiva del alumnado. Entre ellos recordemos Pestalozzi, Froebel, Dewey, Tolstoi, Montessori, Rogers, etc. Movimientos recientes de innovación educativa, tales como la educación psicológica, la educación para la carrera, la educación moral, las habilidades sociales, el aprender a pensar, la educación para la salud, la orientación para la prevención y el desarrollo humano (GROP, 1998a), etc., tienen una clara influencia en la educación emocional. Lo que caracteriza a ésta última es el enfoque “desde dentro”, que pone un énfasis especial en la emoción subyacente en todas las propuestas anteriores.
El counseling y la psicoterapia se pueden considerar como una terapia emocional, ya que se centran en los problemas emocionales (ansiedad, estrés, depresión, fobias, etc.). La psicología humanista, con Carl Rogers, Gordon Allport, Abraham Maslow y otros, puso un énfasis especial en las emociones; la logoterapia de V. Frankl, al buscar el sentido de la vida, llegó a conceptos como la responsabilidad en la actitud ante la vida; la psicología cognitiva, y en especial la psicoterapia racional-emotiva de Ellis, es otro referente significativo; otras aportaciones son las de Carkhuff, Beck, Meichenbaum, etc.
Desde el punto de vista de la metodología de intervención, conviene destacar las aportaciones del developmental counseling, la dinámica de grupos, la orientación para la prevención, el modelo de programas y el modelo de consulta. Especial relevancia tiene la teoría del aprendizaje social de Bandura (1977), que pone el énfasis en el rol de los modelos en el proceso de aprendizaje; esto sugiere la inclusión del modelado como estrategia de intervención y poner un énfasis en analizar como los modelos (compañeros, personajes de los mass media, profesores, padres) pueden influir en las actitudes, creencias, valores y comportamientos. Otras aportaciones metodológicas a tener presente son, entre otras, el modelo de desarrollo social (Hawkins, 1997), que se ha aplicado a la prevención de la delincuencia; el modelo ecológico y sistémico de Bronfenbrenner (1977, 1979); la teoría del comportamiento problemático y desarrollo social (Jessor y Jessor, 1977), que se ha aplicado en grupos de riesgo; la teoría de la acción razonada (Fishbein y Ajzen, 1975), etc.
Las teorías de las emociones, que se remontan a los orígenes de la historia de la filosofía y de la literatura, pero cuyos orígenes claramente científicos probablemente haya que buscarlos a finales del siglo XIX. Hay que señalar que después de unos brillantes inicios con Ch. Darwin, William James, Cannon y otros, el estudio de la emoción sufrió un cierto letargo hasta finales de los años ochenta, con la llegada de la investigación científica de la emoción desde la psicología cognitiva (Arnold, Izard, Frijda, Buck, Lazarus, etc.).
La teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (1995), en particular por lo que se refiere a la inteligencia interpersonal y la intrapersonal, son un referente fundamental. La inteligencia interpersonal se construye a partir de la capacidad para establecer buenas relaciones con otras personas; la inteligencia intrapersonal se refiere al conocimiento de los aspectos internos de sí mismo.
El concepto de inteligencia emocional, introducido por Salovey y Mayer (1990) y difundido por Goleman (1995), ha tenido muchos continuadores en psicología y educación, hasta llegar a constituir una Zeitgeist a la que hacemos referencia en otro apartado de este artículo.
Las recientes aportaciones de la neurociencia han permitido conocer mejor el funcionamiento cerebral de las emociones. Así, por ejemplo, saber que las emociones activan respuestas fisiológicas (taquicardia, sudoración, tensión muscular, neurotransmisores; etc.) que una vez producidas son difíciles de controlar, o que una disminución en el nivel de serotonina puede provocar estados depresivos, aporta datos valiosos para la intervención. Igualmente es interesante conocer el papel de la amígdala en las emociones; las características diferenciales de la comunicación entre el sistema límbico y la corteza cerebral en función de la dirección de la información, etc.
Las aportaciones de la psiconeuroinmunología indican como las emociones afectan al sistema inmunitario. Las emociones negativas debilitan las defensas del sistema inmunitario, mientras que las emociones positivas lo refuerzan. Estos trabajos evidencian la relación entre las emociones y la salud.
Las investigaciones sobre el bienestar subjectivo, realizadas por autores com Strack, Argyle, Schwartz, Veenhoven, etc., han introducido un constructo de gran incidencia social. Conviene distinguir entre bienestar objetivo (material) y bienestar subjetivo (emocional). Si bien se analiza se llega a la conclusión de que las personas buscan el bienestar subjetivo. Todo lo que hacemos son pasos para intentar conseguirlo. Entre los factores que favorecen el bienestar subjetivo están las relaciones sociales y la familia, el amor y las relaciones sexuales, la satisfacción profesional, las actividades de tiempo libre, salud, etc. Es curioso observar que las principales fuentes de bienestar subjetivo coinciden con las causas de conflicto y malestar.
Relacionado con el bienestar está el concepto de fluir (flow) o experiencia óptima, introducido por Mihaliy Csikszentmihalyi (1997). El fluir se refiere a las ocasiones en que sentimos una especie de regocijo, un profundo sentimiento de alegría o felicidad, que lo habíamos estado buscando y deseando durante mucho tiempo y que se convierte en un referente de como nos gustaría que fuese la vida. La felicidad es una condición vital que cada persona debe preparar, cultivar y defender individualmente. No se puede comprar con dinero o con poder. No parece depender de los acontecimientos externos, sino más bien de como los interpretamos. El flujo, o la experiencia óptima, tienen mucho que ver con el concepto de "experiencias cumbre" (peak experiences) que utilizó Maslow (1982: 109; 1987: 205).
De los cuatro pilares de la educación (conocer, saber hacer, convivir y ser) señalados en el informe Delors (1996), como mínimo los dos últimos contribuyen a fundamentar la educación emocional.
La fundamentación teórica de la educación emocional desemboca en la selección de contenidos del programa de intervención. Criterios a tener en cuenta en la selección de contenidos son: 1) los contenidos deben adecuarse al nivel educativo del alumnado al que va dirigido el programa; 2) los contenidos deben ser aplicables a todo el grupo clase; 3) deben favorecer procesos de reflexión sobre las propias emociones y las emociones de los demás.
Objetivos de la educación emocional

Los objetivos generales de la educación emocional pueden resumirse en los siguientes términos: adquirir un mejor conocimiento de las propias emociones; identificar las emociones de los demás; desarrollar la habilidad para regular las propias emociones; prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas; desarrollar la habilidad para generar emociones positivas; desarrollar la habilidad de automotivarse; adoptar una actitud positiva ante la vida; aprender a fluir, etc.

Los contenidos de la educación emocional

Los contenidos de la educación emocional pueden variar según los destinatarios (nivel educativo, conocimientos previos, madurez personal, etc.). Podemos distinguir entre un programa de formación de profesores y un programa dirigido al alumnado. Pero en general los contenidos hacen referencia a los siguientes temas.
En primer lugar se trata de dominar el marco conceptual de las emociones, que incluiría el concepto de emoción, los fenómenos afectivos (emoción, sentimiento, afecto, estado de ánimo, perturbaciones emocionales, etc.), tipos de emociones (emociones positivas y negativas, emociones básicas y derivadas, emociones ambiguas, emociones estéticas, etc.). Conocer las características (causas, predisposición a la acción, estrategias de regulación, competencias de afrontamiento, etc.) de las emociones principales: miedo, ira, ansiedad, tristeza, vergüenza, aversión, alegría, amor, humor, felicidad, etc. La naturaleza de la inteligencia emocional es un aspecto importante, con múltiples aplicaciones para la práctica.
La educación emocional sigue una metodología eminentemente práctica (dinámica de grupos, autoreflexión, razón dialógica, juegos, etc.) con objeto de favorecer el desarrollo de competencias emocionales como las siguientes.
Conciencia emocional, que consiste en conocer las propias emociones y las emociones de los demás. Esto se consigue a través de la autoobservación y de la observación del comportamiento de las personas que nos rodean. Esto supone la comprensión de la diferencia entre pensamientos, acciones y emociones; la comprensión de las causas y consecuencias de las emociones; evaluar la intensidad de las emociones; reconocer y utilizar el lenguaje de las emociones, tanto en comunicación verbal como no verbal.
La regulación de las emociones probablemente sea el elemento esencial de la educación emocional. Conviene no confundir la regulación (y otros términos afines: control, manejo de las emociones) con la represión. La tolerancia a la frustración, el manejo de la ira, la capacidad para retrasar gratificaciones, las habilidades de afrontamiento en situaciones de riesgo (inducción al consumo de drogas, violencia, etc.), el desarrollo de la empatía, etc., son componentes importantes de la habilidad de autorregulación. Algunas técnicas concretas son: diálogo interno, control del estrés (relajación, meditación, respiración), autoafirmaciones positivas; asertividad; reestructuración cognitiva, imaginación emotiva, atribución causal, etc.
La motivación está íntimamente relacionada con la emoción. Motivación provienen de la raíz latina movere (mover); igual que emoción (de ex-movere, mover hacia fuera). La puerta de la motivación hay que buscarla a través de la emoción. A través de esta vía se puede llegar a la automotivación , que se sitúa en el extremo opuesto del aburrimiento, y que abre un camino hacia la actividad productiva por propia voluntad y autonomía personal. Este es uno de los retos de futuro de la educación.
Las habilidades socio-emocionales constituyen un conjunto de competencias que facilitan las relaciones interpersonales. Las relaciones sociales están entretejidas de emociones. La escucha y la capacidad de empatía abren la puerta a actitudes prosociales, que se sitúan en las antípodas de actitudes racistas, xenófobas o machistas, que tantos problemas sociales ocasionan. Estas competencias sociales predisponen a la constitución de un clima social favorable al trabajo en grupo productivo y satisfactorio.
Las relaciones entre emoción y bienestar subjetivo suelen ser, de acuerdo con nuestra experiencia, de gran interés para los participantes. Esto lleva a delimitar el constructo “bienestar subjetivo” y los factores que lo favorecen o que lo dificultan. La reflexión sobre estos temas conduce a la confluencia entre bienestar y felicidad, donde el “estar sin hacer nada” no es lo propio, sino más bien implicarse en algún tipo de actividad.
El concepto de Fluir (flow), entendido como experiencia óptima (Csikszentmihalyi, 1997) completa el tema sobre el bienestar. Las condiciones del flujo ofrecen un marco de sugerencias para la acción, que se pueden aplicar al cuerpo, el pensamiento, el trabajo, las relaciones sociales, etc. El reto está en aprender a fluir.
Las aplicaciones de la educación emocional se pueden dejar sentir en múltiples situaciones: comunicación efectiva y afectiva, resolución de conflictos, toma de decisiones, prevención inespecífica (consumo de drogas, sida, violencia, anorexia, intentos de suicidio, etc.), etc. En último término se trata de desarrollar la autoestima, con expectativas realistas sobre sí mismo, desarrollar la capacidad de fluir y la capacidad para adoptar una actitud positiva ante la vida. Todo ello de cara a posibilitar un mayor bienestar subjetivo, que redunda un mayor bienestar social.
Los temas a desarrollar en un curso de educación emocional pueden tener diversos niveles de profundización en función de los destinatarios, que pueden ser estudiantes desde la educación infantil, primaria, secundaria, universitaria, adultos, profesionales, etc. Cuando nos referimos a la formación de formadores, deben incluirse algunos temas específicos como los siguientes.
Unas bases teóricas deben estar presentes, en cierta medida, en los programas de educación emocional, siempre en función de los destinatarios. Cuando se trata de un programa de formación de formadores debería incluir una revisión de síntesis de las principales teorías sobre las emociones (Darwin, W. James, Cannon, Arnold, Lazarus, etc.). Es esencial un conocimiento de la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner y de la inteligencia emocional. Es importante también introducir unos conocimientos esenciales sobre el cerebro emocional, con especial referencia a los centros de procesamiento de las emociones y las aportaciones recientes de la neurociencia. La terapia emocional, en sus diversas formas, ha aportado solidez a la teoría y al mismo tiempo ha aportado ejercicios y estrategias que pueden ser utilizadas no solo en el modelo clínico, sino también en la educación emocional, con carácter preventivo. Dando un paso más, se deberían adquirir unos conocimientos sobre las relaciones entre emoción y salud, emoción y motivación, emoción y bienestar, etc. La evaluación es un aspecto intrínseco del programa; por tanto, hay que dar a conocer los instrumentos y estrategias para el diagnóstico de las emociones y para la evaluación de programas de educación emocional.

2.Humberto Maturana y la educación

El pensamiento de Humberto Maturana tiene grandes implicancias para la educación en cuanto a los fundamentos biológicos del saber y el aprender para expandir nuestra comprensión de lo que ocurre en el proceso educativo y las consecuencias que tiene ese proceso para la vida humana.
Entiéndase educación como la transformación de los niños en su convivencia con los educadores u otros adultos, o sea es un proceso de transformación humana en la convivencia, que ocurre en todos los escenarios relacionales de la vida del niño, tanto en los espacios privados de la familia, como en los espacios públicos de la sociedad, en estos espacios los valores deben ser vividos en todo instante en el proceso educativo, y no ser enseñados como nociones abstractas o acciones independientes. Los valores tienen que ver con el dominio de las emociones, no de la razón, y en particular con el dominio del amor, que es la emoción que hace posible la convivencia social.
El lenguaje ocupa un lugar importante en la formación de nuestras emociones, según Maturana “lo que nos hace humanos”, es decir, no podemos dejar de notar que los seres humanos somos humanos en el lenguaje, nuestras interacciones diarias es mediante el lenguaje, el cual transforma nuestro cuerpo según lo que hacemos con el lenguaje
A medida que el niño aprende a usar el lenguaje, crea con otros diferentes modos de vida, dado los diferentes hechos en los que participa; y llega a ser en su cuerpo según el uso del lenguaje en el cual crece. Como resultado, cuando adulto, crea el mundo que vive como una expansión del mundo que creó cuando niño.
Los seres humanos existimos también en el flujo de nuestras emociones. Cuando distinguimos emociones en la vida diaria, distinguimos diferentes tipos de conductas relacionales, y al fluir de una emoción a otra, cambiamos de ciertas conductas a otras.
Los niños como seres humanos crecen entrelazando lenguaje y emociones, en la conversación con el niño es donde comenzamos a construir un espacio de aprendizaje mutuo, es en la conversación donde el niño transparenta su mundo de intereses, sentimientos necesidades, gustos y experiencias
Los niños llegan a ser según sean las conversaciones en las cuales participan. En el fluir de sus vidas no hay conversaciones triviales. En la medida en que los adultos entendamos esto podremos dar paso a interacciones basadas en el respeto y la colaboración. Cualquier niño que se sienta escuchado se dispone a la creatividad, aprende a escuchar, vive su seguridad consciente de sus límites y fortalezas.
Mientras mayor sea la plasticidad estructural de un organismo, mayor es su capacidad de conducta inteligente en la interacción con otros, generando nuevos ámbitos de acción o expandiendo aquellos que ya existen.
La plasticidad estructural requerida para vivir en el lenguaje es tan enorme que todos los niños, todos los seres humanos, somos igualmente inteligentes o capaces de conducta inteligente. Es la enseñanza la que debe sintonizarse a las distintas maneras en que los niños viven su plasticidad estructural para aprender, conocer, expresar, convivir, etc. Esto significa respetar los ritmos y dinámicas en los que sucede el aprender en los niños, escuchando sus fortalezas, limitantes y potencialidades en cada caso.
Con todo, la conducta inteligente del niño puede tornarse restringida o expandida según el flujo emocional que emerge en su convivencia con sus educadores y sus padres. Así, el temor, la envidia, la rivalidad, restringen su conducta inteligente, porque estrechan el espacio de relaciones en el que el niño se mueve. Sólo el amor expande la inteligencia, al ensanchar el espacio de relaciones en el cual opera el niño, ampliando su ámbito de lo posible.
Los niños son seres que aprenden. Son seres que aprenden tanto en los dominios emocionales como racional. Sin embargo, aprenden y aprenderán a vivir cualquier tipo de vida que les toque vivir. La emocionalidad que los niños viven en su niñez es conservada por ellos como fundamento del espacio psíquico que generarán como adultos. Su niñez es tanto su tesoro como su azote.
No estamos genéticamente predeterminados para ser un tipo u otro de ser humano. Nosotros, los seres humanos, somos seres que aprenden. El tipo de ser humano que llega a ser el niño al crecer, surge como una identidad conservada en los ámbitos humanos en los que vive y convive, sea esto en la casa, el jardín infantil, la escuela, la iglesia, la calle o el gran hogar del mundo en general.

3. Las emociones según Casassus

Según lo inferido de las lecturas de Juan Casassus las emociones serían una energía vital, que une los acontecimientos externos con los acontecimientos internos, generando una disposición a actuar.
O como señalaría Casassus (p. 103)"podemos compartir la visión de S.Bloch, al definirlas como un complejo estado funcional de todo el organismo que implica la vez una actividad fisilógica, un comportamiento expresivo y una experiencia interna, sin proponer un orden secuencial de estos tres niveles. Tenemos así una mirada mas "integral", "holística", que incorpora lo que denomina "tres niveles de activación de la emoción". "

Uno de los aspectos más relevantes de lo expuesto por Casassus es la "programación emocional", un concepto que señala que nuestra emocionalidad estaría condicionada por la cultura e ideologías, que no sólo es una reacción ante un estímulo externo, sino que dependen también del contexto en que estemos situados el cómo ésta se configurará. Es decir, las reacciones frente a los diversos estímulos dependen de nuestras creencias, y éstas se vinculan a las emociones. La manera en que uno esta programado emocionalmente es una mezcla de la cultura, y de la particularidad en que "cada persona ha podido responder desde pequeña a las experiencias que le ha tocado vivir". Como sentencia el autor "Somos prisioneros de las emociones que emanan de nuestros contextos. Sin embargo, con demasiada frecuencia no nos damos cuenta de esta condición".(Casassus, p.114). Es así como se nos insta a ser conscientes de nuestras emociones, ya que ellas no siempre son producto de nosotros mismos, y esconderían nuestro ser más interno. Casassus también nos anima a ser conscientes con el fin de ser más "auténticos", a no estar recubiertos por el reaccionar normado por la cultura.

Muchas veces sentimos que las emociones nos ocurren independientemente de nosotros mismos. Es cierto, pero sí tomamos conciencia de lo que ocurre, frenamos el ciclo , y adquirimos más conciencia de nuestro actuar. Pareciera que no somos responsables de las emociones que nos ocurren, como tampoco nos sentimos responsables de las acciones que realizamos fruto de esas emociones. Si no podemos percibir nuestras emociones tampoco podremos hacerlos con las de otros. De ahí la importancia de comprender este mecanismo.

El sujeto está inmerso en una cultura, que incide sobre él, y que afecta sus procesos emocionales. El universo donde habitamos, y que nos hace seres sociales nos condiciona y afecta nuestro modo de reaccionar. Al ser uno socializado significa que hemos incorporado el lenguaje, normas y costumbres de esa sociedad. Y debido a ello vamos incorporando patrones de reacción emocional, ante los hechos que ocurren y nos afectan. Casassus nos hace evidentes que estamos condicionados por el ambiente ya que nuestra manera de reaccionar va a depender de como hemos internalizado la cultura y que mientras no estemos conscientes que ellas no solo dependen de nosotros, sino que forman parte del contexto al que somos adscritos, no seremos capaces de ser auténticos. Además de estar programados a reaccionar como se nos ha habituado.

Aunque también va a influir nuestra manera individual de reaccionar a este condicionamiento. Con el tiempo, repetimos un patron de conducta. El que repitamos y recurramos a determinada reacción hace que en nuestro cerebro se instalen conexiones que nos impulsan a una forma específica de actuar. Cuando se hace posible esta conexión cerebral sólidamente establecida, ya no se necesita de determinado estímulo físico para producir reacción (desear chocolate), basta con imaginarselo, para que se active en uno el deseo (por ese chocolate). En esta fase ya llegamos a una especie de programación interna. Que se traduce en un acostumbramiento, que genera un automatismo, adictivo e inconsciente. Al reaccionar así ante lo que ocurre, vendría a ser una programación instalada en nuestra mente.
Si observamos nuestro comportamiento, y nos llegamos a dar cuenta de nuestra programación emocional , notamos una forma habitual de reaccionar ante las cosas. Y esta forma habitual es la que con el tiempo se transforma en patrón de respuestas acostumbradas ante los eventos que ocurren. Como este patrón es reiterativo, terminamos por pensar que reaccionamos así porque nuestra personalidad es así. Nuestra personalidad se va cosntruyendo en base a experiencias emocionales y patrones. Y esta personalidad no es más que una máscara que esconde nuestro verdadero ser. Al ir conociendo los mecanismos de nuestro reaccionar inconsciente la conciencia emocional hace que se vaya produciendo un proceso de desprogramación, que hace consciente lo que subyace en nuestro subconsciente e inconsciente.
La desprogramación consistiría en el proceso de desconexión de lo que hemos instalado por nuestra propia conducta en nuestro cerebro. Si detenemos la repeticion de conductas , debilitamos la conexion que nos lleva a reaccionar de tal manera. Esto permite que seamos más originales, y más conscientes de nosotros mismos.

Ciclo de las emociones vivido inconscientemente

"El proceso inconsciente se inicia en un evento sobre el que no tenemos control y termina en una reaccion inconsciente. "


Se puede definir el ciclo de la siguiente manera:

1.A la persona le sucede un evento exterior, ésto le impacta en el cuerpo en un sentir emocional. Culminando así con el sentir. La persona entonces se da cuenta que una emoción la está invadiendo.Primer momento = sentir.
2.La etapa anterior posibilita el que sintamos la emoción en el cuerpo, pero aún no sabe bien que está sintiendo. Para saber que está sintiendo se eleva al plano del condicionamiento, para buscar en la cultura donde existe una palabra que denomine lo que siente. Accediendo así al lenguaje, ahí nombramos la sensación , y denominamos que emoción es. Segundo momento= conocer, nombrar.
Es importante señalar que antes que nombremos la emoción, ya la estamos sintiendo, la emoción precede al lenguaje.
3. Al identificar lo que sentimos nos preguntamos si es algo positivo o negativo. Aqui entonces volvemos al condicionamiento. La persona siente impulsos, pero estos son regulados por las normas culturales, la ideología. Ahí entramos en la fase de reconocer, evaluamos lo que sentimos, y nos atenemos a las pautas de comportamiento a seguir, si contenerse o explayarse. Y aquí es donde ya no se sigue la reacción producto de ese primer sentir, si no que se evalua y se actúa segun lo acostumbrado o aceptado. Es decir segun lo dictado por la cultura. Tercer momento= Reconocer.

Experiencias de Educación Emocional en Europa y Estados Unidos

Según un estudio, presentado por la Fundación Botín, y que tiene el mérito de ser el primer estudio internacional realizado en el mundo sobre educación emocional y social, demuestra que este tipo de pedagogía en los alumnos contribuye a la cohesión social. Basándose en la investigación científica , concluye que el desarrollo sistemático de programas de educación emocional y social en la escuela produce beneficios innegables en niños y jóvenes de todo el mundo; en concreto, repercute positivamente en su bienestar emocional, en sus relaciones sociales, mejora su rendimiento académico y actúa como factor preventivo de problemas en su desarrollo. En definitiva, promueve el bienestar y desarrollo integral en la infancia y juventud.

Los resultados de las experiencias europeas y norteamericanas en educación social y emocional son positivas y "medibles", y en ellas se constata que en los alumnos que reciben esta educación disminuye el comportamiento antisocial, la tendencia a la delincuencia y al consumo de estupefacientes y mejoran los resultados académicos, por lo que los promotores del estudio instaron a las administraciones a "evaluar la importancia" de este tipo de educación.
El informe surgió tras tres años de trabajo educativo en Cantabria, cuando la Fundación Botín se planteó conocer otras experiencias de educación emocional y social en países europeos. Hace un año y medio, la Fundación reunió a expertos de Alemania, España, Estados Unidos, Países Bajos, Reino Unido y Suecia, que desde entonces estuvieron en contacto para realizar el informe.

En él se recogen 19 experiencias educativas reales y una innovadora: el estudio de los efectos del programa de educación emocional y social en niños y jóvenes de la Unión Europea, que revela una mejora del bienestar social y emocional, que se disminuyen o evitan problemas mentales y de conducta y que mejora el rendimiento académico.

EXPERIENCIAS EN CANTABRIA Y ESPAÑA

La Fundación Botín, en colaboración con el Gobierno de Cantabria, trabaja con 80 colegios de educación Infantil y Primaria y este curso ha comenzado con alumnos de secundaria de cinco IES de la región, que irán aumentado.

"La educación académica es esencial, pero también la emocional y social, porque si no existe ésta, la otra no es suficiente", aseguró Benjumea, quien indicó que por ello es necesario involucrar "a todos", en el caso de Cantabria, al Gobierno regional, la Universidad de Cantabria y los colegios. Por ello, se está trabajando "intensamente" en la formación de los maestros, para que éstos puedan ayudar a los alumnos a desarrollar habilidades y competencias emocionales y sociales.

En el caso de España, el coordinador del trabajo, Pablo Fernández, señaló que las experiencias tienen unos resultados similares a los del resto de Europa y Estados Unidos, y demuestran los beneficios de la educación emocional en distintos aspectos de la vida cotidiana: las conductas de riesgo disminuyen, las relaciones sociales son menos agresivas y se reduce la ansiedad y la depresión.

Fernández subrayó que el aprendizaje académico y la educación emocional y social están "interrelacionadas" porque cuando mejor educación emocional y social reciben los alumnos, mejor rendimiento académico --"que es lo que preocupa a los padres", dijo-- tienen. "Se retroalimentan y benefician mutuamente: si hay más equilibrio y menos problemas emocionales, el rendimiento académico es mejor y viceversa".

Por ello incidió en "hacer hincapié" en la educación emocional, en que la educación en España sea "más global e integral" y "no tan centrada en lo académico".

INFORME

Este apuntó que en un mundo en constante evolución, el ser humano necesita adaptarse a los cambios de un modo positivo. En este contexto, en el que "nuestros hijos tendrán el poder de cambiar la Tierra", el colegio debe ser "un microcosmos" de esa realidad, y para ello los niños tendrán que entenderla y aceptarla aprendiendo a mejorar sus potenciales: "su propia sabiduría, su tolerancia, confianza mutua y su admiración del mundo"."En la educación emocional y social colocamos las relaciones sociales en primer lugar", indicó.

En este sentido, se defendió el aspecto social y emocional del ser humano "se debe tener en cuenta en la educación del siglo XXI". Sin embargo, la educación emocional es diferente en cada país y cada ciudad. "Un centro educativo es reflejo de su comunidad pero también hay principios universales y por eso podemos aprender unos de otros", señaló, y al respecto aclaró que "no hemos encontrado todas las respuestas pero sí muchas personas en el mundo dedicadas a encontrarlas", declaró.


La educación emocional y social en la escuela mejora la convivencia y los resultados académicos

Estos programas reducen significativamente, e incluso evitan, los problemas mentales o de la conducta, el consumo de drogas, tabaco y alcohol, y la ansiedad y los síntomas de depresión, según concluyen los autores del informe, dirigido por el británico Christopher Claudel. Se trata del primer estudio que permite comparar los resultados obtenidos en Estados Unidos, pionero en llevar a las aulas programas para mejorar las habilidades sociales y emocionales de los niños y jóvenes, con los que se están consiguiendo en Europa, concretamente en España, Reino Unido, Suecia, Holanda y Alemania.

La investigación mantiene que los niños y jóvenes que participan en estas experiencias son menos conflictivos, se relacionan mejor con quienes les rodean, participan más en la vida escolar y tienen una buena convivencia en las aulas. Además, logran mejores calificaciones que aquellos que reciben una educación estrictamente académica.

Sociedad cambiante

Lo que las escuelas han enseñado en el pasado no es suficiente para las necesidades que plantea el presente y para vivir en un mundo interdependiente que exige nuevas habilidades, apuntó Christopher Claudel, director y cofundador de la red global Alianza para la Infancia y presidente de las Escuelas Waldorf-Steiner del Reino Unido y de Irlanda. Claudel destacó que en las aulas se enseña la historia de la evolución y las teorías de Darwin, pero no que la sociedad está siempre cambiando y que el ser humano tiene que enfrentarse a ese cambio continuo de un modo positivo.

Desde la más temprana infancia se puede aprender en la escuela la tarea de convivir "en tolerancia y en paz", respetando la diversidad, una tarea especialmente importante cuando "no hay razones para creer que el futuro va a ser mejor que el presente" y las nuevas generaciones estarán obligadas a ser "más creativas, en un mundo en el que vamos a ser más y tendremos menos recursos", explicó

Conclusion

En sintesís podríamos concluir la gran utilidad que tiene la educacion emocional, ya que permite un desarrollo integral del ser humano. Esto debido a que potencia en primer lugar la construcción del yo, teniendo conciencia de sí y control sobre uno mismo, así como facilita y mejora las relaciones interpersonales, ya sea acogiendo al otro, siendo capaz de reconocer sus emociones, o reconociendo las emociones en uno mismo y si estas son negativas permitiendo que no afecten la relación con ese otro. Es decir, siendo educado en cuanto a las emociones, genera bienestar tanto para uno mismo, así como a nivel social, estableciendose así un dialógo entre la propia subjetividad y lo interpersonal, favoreciendo, de este modo, a la comunidad.

La preocupación por educar en lo emocional a los alumnos en etapa escolar privilegia un adecuado equilibrio emocional, y favorece el desarrollo cognitivo, por ende incrementa la posibilidad de adquirir conocimiento, aspecto que vemos reiteradamente nombrado por autores que estudian las emociones desde la neurobiología como Varela y Maturana, así como educadores, por ejemplo Alexander Neill. También permite incubar en el alumnado el principio de la automotivación, favoreciendo así a la actividad de los mismos, evitando el aburrimiento y pereza, agilizando así el aprendizaje, mejorando el rendimiento académico, y dandóle valor a la disciplina de estudio. Finalmente aporta al bienestar de cada alumno, ya que adquiere conciencia sobre sus emociones, y hace factible al autocontrol de las mismas, derivando esto en una dinámica interrelacional de convivencia, evitando un clima tenso en la clase . Posibilitando así un ambiente en el aula de solidaridad, y auxilio al otro, donde hay cabida para la tolerancia y diversidad, y esto hace factible que se quiera replicar este ambiente grato en la cotidianeidad.

La educación emocional es un proceso educativo continuo y permanente, puesto que debe estar presente a lo largo de todo el currículum académico y en la formación permanente a lo largo de toda la vida. Es decir, la educación emocional tiene un enfoque del ciclo vital. La educación emocional se propone optimizar el desarrollo humano. Es decir, el desarrollo personal y social; o dicho de otra manera: el desarrollo de la personalidad integral del individuo.

En la educación de los niños es donde construimos el tipo de relaciones humanas que queremos tener en un futuro, ahí radica la importancia de la educación desde las emociones, la educación en la convivencia, en el respeto de las emociones del otro, en el aceptarse uno mismo para aceptar al otro, en relaciones basadas en la colaboración y el respeto mutuo

Bibliografia


1.Bisquerra ,Alsina, R. (2005) La Educación Emocional en la formación del profesorado Revista Interuniversitario de Formación del Profesorado. Vol 13, num 3. Zragoza, España.

2. Bisquerra Alsina, Rafael Josefina sala Roca (2003) tesis Doctoral: La educación emocional en la educación : currículo y práctica. Universidad Barcelona.

3.Bisquerra Alzina, Rafael López.Educación emocional.Universidad Barcelona.

4. Casassus, Juan(2006). La educación del ser Emocional, Editorial cuarto propio/índigo. Chile,

5. Gardner, Howard(1995). Inteligencias Múltiples. La teoría de la práctica. Editorial Paidós. Edición en Inglés: 1993.Barcelona

6. Goleman, Daniel (1997), La inteligencia emocional. Editorial Javier Vergara. Buenos Aires, Argentina.

7. Núria Arís Redó(2007). Educación Emocional: una propuesta integrada en el ámbito escolar. España

8. Maturana Humberto (1991) Emociones y lenguaje en educación y política, Editorial Universitaria, Santiago, Chile.

9. Puig, J. (2002). Alexander S. Neill y las pedagogías aniautoritarias . En Trilla, J. (Coordinador). El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI (151-176). España: Graó.

10. Sobre Rudolf Steiner: http://ww.khsdornach.org/fileadmin/Downloads_KHS/spanish/Andacht_und_Aufmerksamkeit_spanisch.p

11. W. JAMES, CANNON, ARNOLD, LAZARUS, .(2005). Es esencial un conocimiento.Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado.Zaragoza, España.


domingo, 5 de julio de 2009

Humberto Maturana y la educación

El pensamiento de Humberto Maturana tiene grandes implicancias para la educación en cuanto a los fundamentos biológicos del saber y el aprender para expandir nuestra comprensión de lo que ocurre en el proceso educativo y las consecuencias que tiene ese proceso para la vida humana.
Entiéndase educación como la transformación de los niños en su convivencia con los educadores u otros adultos, o sea es un proceso de transformación humana en la convivencia, que ocurre en todos los escenarios relacionales de la vida del niño, tanto en los espacios privados de la familia, como en los espacios públicos de la sociedad, en estos espacios los valores deben ser vividos en todo instante en el proceso educativo, y no ser enseñados como nociones abstractas o acciones independientes. Los valores tienen que ver con el dominio de las emociones, no de la razón, y en particular con el dominio del amor, que es la emoción que hace posible la convivencia social.
El lenguaje ocupa un lugar importante en la formación de nuestras emociones, según Maturana “lo que nos hace humanos”, es decir, no podemos dejar de notar que los seres humanos somos humanos en el lenguaje, nuestras interacciones diarias es mediante el lenguaje, el cual transforma nuestro cuerpo según lo que hacemos con el lenguaje
A medida que el niño aprende a usar el lenguaje, crea con otros diferentes modos de vida, dado los diferentes hechos en los que participa; y llega a ser en su cuerpo según el uso del lenguaje en el cual crece. Como resultado, cuando adulto, crea el mundo que vive como una expansión del mundo que creó cuando niño.
Los seres humanos existimos también en el flujo de nuestras emociones. Cuando distinguimos emociones en la vida diaria, distinguimos diferentes tipos de conductas relacionales, y al fluir de una emoción a otra, cambiamos de ciertas conductas a otras.
Los niños como seres humanos crecen entrelazando lenguaje y emociones, en la conversación con el niño es donde comenzamos a construir un espacio de aprendizaje mutuo, es en la conversación donde el niño transparenta su mundo de intereses, sentimientos necesidades, gustos y experiencias
Los niños llegan a ser según sean las conversaciones en las cuales participan. En el fluir de sus vidas no hay conversaciones triviales. En la medida en que los adultos entendamos esto podremos dar paso a interacciones basadas en el respeto y la colaboración. Cualquier niño que se sienta escuchado se dispone a la creatividad, aprende a escuchar, vive su seguridad consciente de sus límites y fortalezas.
Mientras mayor sea la plasticidad estructural de un organismo, mayor es su capacidad de conducta inteligente en la interacción con otros, generando nuevos ámbitos de acción o expandiendo aquellos que ya existen.
La plasticidad estructural requerida para vivir en el lenguaje es tan enorme que todos los niños, todos los seres humanos, somos igualmente inteligentes o capaces de conducta inteligente. Es la enseñanza la que debe sintonizarse a las distintas maneras en que los niños viven su plasticidad estructural para aprender, conocer, expresar, convivir, etc. Esto significa respetar los ritmos y dinámicas en los que sucede el aprender en los niños, escuchando sus fortalezas, limitantes y potencialidades en cada caso.
Con todo, la conducta inteligente del niño puede tornarse restringida o expandida según el flujo emocional que emerge en su convivencia con sus educadores y sus padres. Así, el temor, la envidia, la rivalidad, restringen su conducta inteligente, porque estrechan el espacio de relaciones en el que el niño se mueve. Sólo el amor expande la inteligencia, al ensanchar el espacio de relaciones en el cual opera el niño, ampliando su ámbito de lo posible.
Los niños son seres que aprenden. Son seres que aprenden tanto en los dominios emocionales como racional. Sin embargo, aprenden y aprenderán a vivir cualquier tipo de vida que les toque vivir. La emocionalidad que los niños viven en su niñez es conservada por ellos como fundamento del espacio psíquico que generarán como adultos. Su niñez es tanto su tesoro como su azote.
No estamos genéticamente predeterminados para ser un tipo u otro de ser humano. Nosotros, los seres humanos, somos seres que aprenden. El tipo de ser humano que llega a ser el niño al crecer, surge como una identidad conservada en los ámbitos humanos en los que vive y convive, sea esto en la casa, el jardín infantil, la escuela, la iglesia, la calle o el gran hogar del mundo en general

viernes, 3 de julio de 2009

Conclusion

En sintesís podríamos concluir la gran utilidad que tiene la educacion emocional, ya que permite un desarrollo integral del ser humano. Esto debido a que potencia en primer lugar la construcción del yo, teniendo conciencia de sí y control sobre uno mismo, así como facilita y mejora las relaciones interpersonales, ya sea acogiendo al otro, siendo capaz de reconocer sus emociones, o reconociendo las emociones en uno mismo y si estas son negativas permitiendo que no afecten la relación con ese otro. Es decir, siendo educado en cuanto a las emociones, genera bienestar tanto para uno mismo, así como a nivel social, estableciendose así un dialógo entre la propia subjetividad y lo interpersonal, favoreciendo, de este modo, a la comunidad.

La preocupación por educar en lo emocional a los alumnos en etapa escolar privilegia un adecuado equilibrio emocional, y favorece el desarrollo cognitivo, por ende incrementa la posibilidad de adquirir conocimiento, aspecto que vemos reiteradamente nombrado por autores que estudian las emociones desde la neurobiología como Varela y Maturana, así como educadores, por ejemplo Alexander Neill. También permite incubar en el alumnado el principio de la automotivación, favoreciendo así a la actividad de los mismos, evitando el aburrimiento y pereza, agilizando así el aprendizaje, mejorando el rendimiento académico, y dandóle valor a la disciplina de estudio. Finalmente aporta al bienestar de cada alumno, ya que adquiere conciencia sobre sus emociones, y hace factible al autocontrol de las mismas, derivando esto en una dinámica interrelacional de convivencia, evitando un clima tenso en la clase . Posibilitando así un ambiente en el aula de solidaridad, y auxilio al otro, donde hay cabida para la tolerancia y diversidad, y esto hace factible que se quiera replicar este ambiente grato en la cotidianeidad.

La educación emocional es un proceso educativo continuo y permanente, puesto que debe estar presente a lo largo de todo el currículum académico y en la formación permanente a lo largo de toda la vida. Es decir, la educación emocional tiene un enfoque del ciclo vital. La educación emocional se propone optimizar el desarrollo humano. Es decir, el desarrollo personal y social; o dicho de otra manera: el desarrollo de la personalidad integral del individuo.

En la educación de los niños es donde construimos el tipo de relaciones humanas que queremos tener en un futuro, ahí radica la importancia de la educación desde las emociones, la educación en la convivencia, en el respeto de las emociones del otro, en el aceptarse uno mismo para aceptar al otro, en relaciones basadas en la colaboración y el respeto mutuo



Educacion Emocional por Bisquerra

Concepto de emoción

"Para poder hablar de educación emocional necesitamos saber qué es una emoción y que implicaciones para la práctica se derivan de este concepto.
Una emoción se produce de la siguiente forma: 1) Unas informaciones sensoriales llegan a los centros emocionales del cerebro. 2) Como consecuencia se produce una respuesta neurofisiológica. 3) El neocortex interpreta la información.
De acuerdo con este mecanismo, en general hay bastante acuerdo en considerar que una emoción es un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada. Las emociones se generan como respuesta a un acontecimiento externo o interno. En síntesis, el proceso de la vivencia emocional se puede explicar asi."
"El proceso de valoración puede tener varias fases. Según Lazarus (1991b) hay una valoración primaria sobre la relevancia del evento: ¿es positivo o negativo para el logro de nuestros objetivos? En una evaluación secundaria se consideran los recursos personales para poder afrontarlo: ¿estoy en condiciones de hacer frente a esta situación?
Gran parte de lo que el cerebro realiza cuando se produce una emoción sucede independientemente del conocimiento consciente; se realiza de forma automática. Conviene insistir en que la mayoría de emociones se generan inconscientemente. También es útil distinguir entre reacciones emocionales innatas y acciones emocionales voluntarias. Las respuestas de evitación se encuentran a mitad de camino entre ambas (LeDoux, 1999: 293). Cuando hablamos de las acciones emocionales voluntarias nos referimos a los sentimientos (LeDoux, 1999: 300). Estado de ánimo se refiere a un estado emocional mantenido durante semanas o más tiempo. Coincidimos con Frijda (1994) al afirmar que las emociones nos dicen qué hechos son verdaderamente importantes para nuestra vida."

Componentes de la emoción

"Hay tres componentes en una emoción: neurofisiológico, conductual, cognitiva. La neurofisiológica se manifiesta en respuestas como taquicardia, sudoración, vasoconstricción, hipertensión, tono muscular, rubor, sequedad en la boca, cambios en los neurotransmisores, secreciones hormonales, respiración, etc. Todo esto son respuestas involuntarias, que el sujeto no puede controlar. Sin embargo se pueden prevenir mediante técnicas apropiadas como la relajación. Como consecuencia de emociones intensas y frecuentes se pueden producir problemas de salud (taquicardia, hipertensión, ulcera, etc.). Por eso, la prevención de los efectos nocivos de las emociones en el marco de la educación emocional se puede entender como un aspecto de la educación para la salud.
La observación del comportamiento de un individuo permite inferir qué tipo de emociones está experimentando. Las expresiones faciales, el lenguaje no verbal, el tono de voz, volumen, ritmo, movimientos del cuerpo, etc., aportan señales de bastante precisión sobre el estado emocional. Esta componente puede intentar disimularse. Por ejemplo, las expresiones faciales surgen de la actividad combinada de unos 23 músculos, que conectan directamente con los centros de procesamiento de las emociones, lo que hace que el control voluntario no sea fácil; aunque, siempre es posible "engañar" a un potencial observador. Aprender a regular la expresión emocional se considera un indicador de madurez y equilibrio que tiene efectos positivos sobre las relaciones interpersonales.
La componente cognitiva o vivencia subjetiva es lo que a veces se denomina sentimiento. Sentimos miedo, angustia, rabia y muchas otras emociones. Para distinguir entre la componente neurofisiológica y la cognitiva, a veces se emplea el término emoción, en sentido restrictivo, para describir el estado corporal (es decir, el estado emocional) y se reserva el término sentimiento para aludir a la sensación consciente (cognitiva). La componente cognitiva hace que califiquemos un estado emocional y le demos un nombre. El etiquetado de las emociones está limitado por el dominio del lenguaje. Dado que la introspección a veces es el único método para llegar al conocimiento de las emociones de los demás, las limitaciones del lenguaje imponen serias restricciones a este conocimiento. Pero al mismo tiempo dificulta la toma de conciencia de las propias emociones. Estos déficits provocan la sensación de "no sé que me pasa". Lo cual puede tener efectos negativos sobre la persona. De ahí la importancia de una educación emocional encaminada, entre otros aspectos, a un mejor conocimiento de las propias emociones y del dominio del vocabulario emocional.
Es interesante relacionar estos tres componentes con la clasificación de objetivos didácticos. Si bien lo observamos veremos un paralelismo entre: a) “Hechos, conceptos y sistemas conceptuales” con la dimensión cognitiva; b) “Procedimientos” con el comportamiento; c) “Actitudes, valores y normas” con respecto a la dimensión emocional.

Concepto de educación emocional

El desarrollo de las competencias emocionales da lugar a la educación emocional. Concebimos la educación emocional como un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de la persona, con objeto de capacitarle para la vida. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social.
La educación emocional es un proceso educativo continuo y permanente, puesto que debe estar presente a lo largo de todo el currículum académico y en la formación permanente a lo largo de toda la vida. Es decir, la educación emocional tiene un enfoque del ciclo vital. La educación emocional se propone optimizar el desarrollo humano. Es decir, el desarrollo personal y social; o dicho de otra manera: el desarrollo de la personalidad integral del individuo.
La educación emocional es una forma de prevención primaria inespecífica. Entendemos como tal a la adquisición de competencias que se pueden aplicar a una multiplicidad de situaciones, tales como la prevención del consumo de drogas, prevención del estrés, ansiedad, depresión, violencia, etc. La prevención primaria inespecífica pretende minimizar la vulnerabilidad de la persona a determinadas disfunciones (estrés, depresión, impulsividad, agresividad, etc.) o prevenir su ocurrencia. Para ello se propone el desarrollo de competencias básicas para la vida. Cuando todavía no hay disfunción, la prevención primaria tiende a confluir con la educación para maximizar las tendencias constructivas y minimizar las destructivas.

Fundamentos de la educación emocional

La educación emocional recoge las aportaciones de otras ciencias, integrándolas en una unidad de acción fundamentada. Algunos de los fundamentos más relevantes de la educación emocional son los siguientes.
Los movimientos de renovación pedagógica, con sus diversas ramificaciones (escuela nueva, escuela activa, educación progresiva, etc.), se proponían una educación para la vida, donde la afectividad tenía un papel relevante. Ilustres teóricos y representantes de estos movimientos han llamado la atención sobre la dimensión afectiva del alumnado. Entre ellos recordemos Pestalozzi, Froebel, Dewey, Tolstoi, Montessori, Rogers, etc. Movimientos recientes de innovación educativa, tales como la educación psicológica, la educación para la carrera, la educación moral, las habilidades sociales, el aprender a pensar, la educación para la salud, la orientación para la prevención y el desarrollo humano (GROP, 1998a), etc., tienen una clara influencia en la educación emocional. Lo que caracteriza a ésta última es el enfoque “desde dentro”, que pone un énfasis especial en la emoción subyacente en todas las propuestas anteriores.
El counseling y la psicoterapia se pueden considerar como una terapia emocional, ya que se centran en los problemas emocionales (ansiedad, estrés, depresión, fobias, etc.). La psicología humanista, con Carl Rogers, Gordon Allport, Abraham Maslow y otros, puso un énfasis especial en las emociones; la logoterapia de V. Frankl, al buscar el sentido de la vida, llegó a conceptos como la responsabilidad en la actitud ante la vida; la psicología cognitiva, y en especial la psicoterapia racional-emotiva de Ellis, es otro referente significativo; otras aportaciones son las de Carkhuff, Beck, Meichenbaum, etc.
Desde el punto de vista de la metodología de intervención, conviene destacar las aportaciones del developmental counseling, la dinámica de grupos, la orientación para la prevención, el modelo de programas y el modelo de consulta. Especial relevancia tiene la teoría del aprendizaje social de Bandura (1977), que pone el énfasis en el rol de los modelos en el proceso de aprendizaje; esto sugiere la inclusión del modelado como estrategia de intervención y poner un énfasis en analizar como los modelos (compañeros, personajes de los mass media, profesores, padres) pueden influir en las actitudes, creencias, valores y comportamientos. Otras aportaciones metodológicas a tener presente son, entre otras, el modelo de desarrollo social (Hawkins, 1997), que se ha aplicado a la prevención de la delincuencia; el modelo ecológico y sistémico de Bronfenbrenner (1977, 1979); la teoría del comportamiento problemático y desarrollo social (Jessor y Jessor, 1977), que se ha aplicado en grupos de riesgo; la teoría de la acción razonada (Fishbein y Ajzen, 1975), etc.
Las teorías de las emociones, que se remontan a los orígenes de la historia de la filosofía y de la literatura, pero cuyos orígenes claramente científicos probablemente haya que buscarlos a finales del siglo XIX. Hay que señalar que después de unos brillantes inicios con Ch. Darwin, William James, Cannon y otros, el estudio de la emoción sufrió un cierto letargo hasta finales de los años ochenta, con la llegada de la investigación científica de la emoción desde la psicología cognitiva (Arnold, Izard, Frijda, Buck, Lazarus, etc.).
La teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (1995), en particular por lo que se refiere a la inteligencia interpersonal y la intrapersonal, son un referente fundamental. La inteligencia interpersonal se construye a partir de la capacidad para establecer buenas relaciones con otras personas; la inteligencia intrapersonal se refiere al conocimiento de los aspectos internos de sí mismo.
El concepto de inteligencia emocional, introducido por Salovey y Mayer (1990) y difundido por Goleman (1995), ha tenido muchos continuadores en psicología y educación, hasta llegar a constituir una Zeitgeist a la que hacemos referencia en otro apartado de este artículo.
Las recientes aportaciones de la neurociencia han permitido conocer mejor el funcionamiento cerebral de las emociones. Así, por ejemplo, saber que las emociones activan respuestas fisiológicas (taquicardia, sudoración, tensión muscular, neurotransmisores; etc.) que una vez producidas son difíciles de controlar, o que una disminución en el nivel de serotonina puede provocar estados depresivos, aporta datos valiosos para la intervención. Igualmente es interesante conocer el papel de la amígdala en las emociones; las características diferenciales de la comunicación entre el sistema límbico y la corteza cerebral en función de la dirección de la información, etc.
Las aportaciones de la psiconeuroinmunología indican como las emociones afectan al sistema inmunitario. Las emociones negativas debilitan las defensas del sistema inmunitario, mientras que las emociones positivas lo refuerzan. Estos trabajos evidencian la relación entre las emociones y la salud.
Las investigaciones sobre el bienestar subjectivo, realizadas por autores com Strack, Argyle, Schwartz, Veenhoven, etc., han introducido un constructo de gran incidencia social. Conviene distinguir entre bienestar objetivo (material) y bienestar subjetivo (emocional). Si bien se analiza se llega a la conclusión de que las personas buscan el bienestar subjetivo. Todo lo que hacemos son pasos para intentar conseguirlo. Entre los factores que favorecen el bienestar subjetivo están las relaciones sociales y la familia, el amor y las relaciones sexuales, la satisfacción profesional, las actividades de tiempo libre, salud, etc. Es curioso observar que las principales fuentes de bienestar subjetivo coinciden con las causas de conflicto y malestar.
Relacionado con el bienestar está el concepto de fluir (flow) o experiencia óptima, introducido por Mihaliy Csikszentmihalyi (1997). El fluir se refiere a las ocasiones en que sentimos una especie de regocijo, un profundo sentimiento de alegría o felicidad, que lo habíamos estado buscando y deseando durante mucho tiempo y que se convierte en un referente de como nos gustaría que fuese la vida. La felicidad es una condición vital que cada persona debe preparar, cultivar y defender individualmente. No se puede comprar con dinero o con poder. No parece depender de los acontecimientos externos, sino más bien de como los interpretamos. El flujo, o la experiencia óptima, tienen mucho que ver con el concepto de "experiencias cumbre" (peak experiences) que utilizó Maslow (1982: 109; 1987: 205).
De los cuatro pilares de la educación (conocer, saber hacer, convivir y ser) señalados en el informe Delors (1996), como mínimo los dos últimos contribuyen a fundamentar la educación emocional.
La fundamentación teórica de la educación emocional desemboca en la selección de contenidos del programa de intervención. Criterios a tener en cuenta en la selección de contenidos son: 1) los contenidos deben adecuarse al nivel educativo del alumnado al que va dirigido el programa; 2) los contenidos deben ser aplicables a todo el grupo clase; 3) deben favorecer procesos de reflexión sobre las propias emociones y las emociones de los demás.
Objetivos de la educación emocional

Los objetivos generales de la educación emocional pueden resumirse en los siguientes términos: adquirir un mejor conocimiento de las propias emociones; identificar las emociones de los demás; desarrollar la habilidad para regular las propias emociones; prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas; desarrollar la habilidad para generar emociones positivas; desarrollar la habilidad de automotivarse; adoptar una actitud positiva ante la vida; aprender a fluir, etc.
Los contenidos de la educación emocional

Los contenidos de la educación emocional pueden variar según los destinatarios (nivel educativo, conocimientos previos, madurez personal, etc.). Podemos distinguir entre un programa de formación de profesores y un programa dirigido al alumnado. Pero en general los contenidos hacen referencia a los siguientes temas.
En primer lugar se trata de dominar el marco conceptual de las emociones, que incluiría el concepto de emoción, los fenómenos afectivos (emoción, sentimiento, afecto, estado de ánimo, perturbaciones emocionales, etc.), tipos de emociones (emociones positivas y negativas, emociones básicas y derivadas, emociones ambiguas, emociones estéticas, etc.). Conocer las características (causas, predisposición a la acción, estrategias de regulación, competencias de afrontamiento, etc.) de las emociones principales: miedo, ira, ansiedad, tristeza, vergüenza, aversión, alegría, amor, humor, felicidad, etc. La naturaleza de la inteligencia emocional es un aspecto importante, con múltiples aplicaciones para la práctica.
La educación emocional sigue una metodología eminentemente práctica (dinámica de grupos, autoreflexión, razón dialógica, juegos, etc.) con objeto de favorecer el desarrollo de competencias emocionales como las siguientes.
Conciencia emocional, que consiste en conocer las propias emociones y las emociones de los demás. Esto se consigue a través de la autoobservación y de la observación del comportamiento de las personas que nos rodean. Esto supone la comprensión de la diferencia entre pensamientos, acciones y emociones; la comprensión de las causas y consecuencias de las emociones; evaluar la intensidad de las emociones; reconocer y utilizar el lenguaje de las emociones, tanto en comunicación verbal como no verbal.
La regulación de las emociones probablemente sea el elemento esencial de la educación emocional. Conviene no confundir la regulación (y otros términos afines: control, manejo de las emociones) con la represión. La tolerancia a la frustración, el manejo de la ira, la capacidad para retrasar gratificaciones, las habilidades de afrontamiento en situaciones de riesgo (inducción al consumo de drogas, violencia, etc.), el desarrollo de la empatía, etc., son componentes importantes de la habilidad de autorregulación. Algunas técnicas concretas son: diálogo interno, control del estrés (relajación, meditación, respiración), autoafirmaciones positivas; asertividad; reestructuración cognitiva, imaginación emotiva, atribución causal, etc.
La motivación está íntimamente relacionada con la emoción. Motivación provienen de la raíz latina movere (mover); igual que emoción (de ex-movere, mover hacia fuera). La puerta de la motivación hay que buscarla a través de la emoción. A través de esta vía se puede llegar a la automotivación , que se sitúa en el extremo opuesto del aburrimiento, y que abre un camino hacia la actividad productiva por propia voluntad y autonomía personal. Este es uno de los retos de futuro de la educación.
Las habilidades socio-emocionales constituyen un conjunto de competencias que facilitan las relaciones interpersonales. Las relaciones sociales están entretejidas de emociones. La escucha y la capacidad de empatía abren la puerta a actitudes prosociales, que se sitúan en las antípodas de actitudes racistas, xenófobas o machistas, que tantos problemas sociales ocasionan. Estas competencias sociales predisponen a la constitución de un clima social favorable al trabajo en grupo productivo y satisfactorio.
Las relaciones entre emoción y bienestar subjetivo suelen ser, de acuerdo con nuestra experiencia, de gran interés para los participantes. Esto lleva a delimitar el constructo “bienestar subjetivo” y los factores que lo favorecen o que lo dificultan. La reflexión sobre estos temas conduce a la confluencia entre bienestar y felicidad, donde el “estar sin hacer nada” no es lo propio, sino más bien implicarse en algún tipo de actividad.
El concepto de Fluir (flow), entendido como experiencia óptima (Csikszentmihalyi, 1997) completa el tema sobre el bienestar. Las condiciones del flujo ofrecen un marco de sugerencias para la acción, que se pueden aplicar al cuerpo, el pensamiento, el trabajo, las relaciones sociales, etc. El reto está en aprender a fluir.
Las aplicaciones de la educación emocional se pueden dejar sentir en múltiples situaciones: comunicación efectiva y afectiva, resolución de conflictos, toma de decisiones, prevención inespecífica (consumo de drogas, sida, violencia, anorexia, intentos de suicidio, etc.), etc. En último término se trata de desarrollar la autoestima, con expectativas realistas sobre sí mismo, desarrollar la capacidad de fluir y la capacidad para adoptar una actitud positiva ante la vida. Todo ello de cara a posibilitar un mayor bienestar subjetivo, que redunda un mayor bienestar social.
Los temas a desarrollar en un curso de educación emocional pueden tener diversos niveles de profundización en función de los destinatarios, que pueden ser estudiantes desde la educación infantil, primaria, secundaria, universitaria, adultos, profesionales, etc. Cuando nos referimos a la formación de formadores, deben incluirse algunos temas específicos como los siguientes.
Unas bases teóricas deben estar presentes, en cierta medida, en los programas de educación emocional, siempre en función de los destinatarios. Cuando se trata de un programa de formación de formadores debería incluir una revisión de síntesis de las principales teorías sobre las emociones (Darwin, W. James, Cannon, Arnold, Lazarus, etc.). Es esencial un conocimiento de la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner y de la inteligencia emocional. Es importante también introducir unos conocimientos esenciales sobre el cerebro emocional, con especial referencia a los centros de procesamiento de las emociones y las aportaciones recientes de la neurociencia. La terapia emocional, en sus diversas formas, ha aportado solidez a la teoría y al mismo tiempo ha aportado ejercicios y estrategias que pueden ser utilizadas no solo en el modelo clínico, sino también en la educación emocional, con carácter preventivo. Dando un paso más, se deberían adquirir unos conocimientos sobre las relaciones entre emoción y salud, emoción y motivación, emoción y bienestar, etc. La evaluación es un aspecto intrínseco del programa; por tanto, hay que dar a conocer los instrumentos y estrategias para el diagnóstico de las emociones y para la evaluación de programas de educación emocional."
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Educacion Emocional Reflexión

La educación se ha centrado habitual y tradicionalmente en un desarrollo cognitivo, con un olvido generalizado de la dimensión emocional. Esta dimensión favorece el aspecto cognitivo de la educación -sin duda- porque potencia la personalidad de los alumnos. La educación emocional tiene como objetivo un mejor conocimiento de los fenómenos emocionales, de la capacidad para controlar las emociones y fomentar una actitud positiva ante la vida. Por lo tanto desde esta perspectiva la escuela no sólo aporta formación para el instituto y la universidad sino fundamentalmente debe educar para la vida.
"El objetivo de la educación no es sólo producir simples eruditos, técnicos y buscadores de empleos, sino hombres y mujeres integrados, libres de temor; porque sólo entre tales seres humanos puede haber paz duradera.(…) La educación no debe estimular al individuo a que se ajuste a la sociedad, ni a que se manifieste en armonía negativa con ella, sino que debe ayudarlo a descubrir los verdaderos valores resultado de la comprensión de sí mismos. La educación pues, en su verdadero sentido, es la comprensión de uno mismo porque de cado uno de nosotros es donde se encuentra la totalidad de la existencia" (J. Krishnamurti (1972) "La educación y el significado de la vida", México,)
Las repercusiones de la educación emocional se dejan sentir en las relaciones interpersonales, el clima en la clase, la disciplina, el rendimiento académico, etc… Incluso es una forma de prevención inespecífica de hábitos o consumo de drogas, actitudes violentas, estrés, ansiedad, estados depresivos,…
En el marco teórico y conceptual de la "Inteligencia Emocional" se encuentra su difusor Goleman (1995), ya que el término fue acuñado en 1990 por P. Salovey, psicólogo de la universidad de Yale.. Sus retos psicopedagógicos revolucionarios implican a la educación y a la escuela en diferentes dimensiones como aumentar la motivación del alumnado y su rendimiento escolar a partir de autocontrolar y optimizar las emociones. La importancia que reviste el bienestar personal, el óptimo desarrollo de la personalidad y el equilibrio psíquico son el caldo de cultivo determinante de la educación. Para que sea eficaz en nuestros alumnos este aspecto emocional de la educación, hay que extender y atender el mismo también a los profesores, familia y la sociedad o entorno más próximo.
Como antecedentes, se encuentra ya en muchos filósofos como Aristóteles, Kant, Spinoza, Scheler, Dewey, Heidegger, Sastre, Russell y muchos otros teorizaciones sobre las emociones desde planteamientos cognitivos, es decir el uso de conceptos cognitivos en el estudio de las emociones.
En la actualidad asistimos a un reciente despertar del interés por las emociones desde el punto de vista científico, como motor y canalizador de las actuaciones del ser humano en : Lazarus (1991), Lewis y Haviland (1993), Strongman (1992), Gardner (1995), Goleman (1995) y Csikszentmihalyi (1997) entre otros. Los dos últimos han sido best seller en diversos países en la segunda mitad de los años noventa.
Tanto Gardner como Goleman afirman que las pruebas de inteligencia tradicionales no predicen el éxito personal o profesional. Muchas personas relevantes creativas (músicos, artístas, líderes sociales, deportistas, políticos,…) no sobresalen necesariamente en esas pruebas que miden el C.I. sino que las competencias cognitivas que poseen quedan mejor descritas en términos de un conjunto de habilidades que se escapan en esas mediciones lógico- analíticas. Gardner es quien acuña el término "inteligencias múltiples". Para él la inteligencia emplica la habilidad necesaria para resolver problemas o elaborar productos, donde la expresión de las propias opiniones o emociones es un producto cultural que puede ser crucial para el desarrollo personal intelectual. En esta teoría se distinguen siete inteligencias: musical, cinético-corporal, lógico-matemática, lingüística, espacial, interpersonal e intrapersonal. La inteligencia emocional para este autor serían las dos últimas. La inteligencia interpersonal se constituye a partir de la capacidad para establecer distinciones entre personas, es decir distinguir matices de ánimo, motivaciones, intenciones… de las personas que te rodean. Esta inteligencia permite comprender y trabajar con los demás. La inteligencia intrapersonal se refiere a conocimiento de los aspectos internos de la persona, es decir del acceso a la propia vida emocional. Es la evaluación de la propia gama de sentimientos, la capacidad de discriminar entre las emociones y ponerles nombre, la capacidad de recurrir a las emociones como medio para interpretar y dirigir la propia conducta. Esta inteligencia permite comprender, trabajar y vivir con uno mismo.
Peter Druckerl, en su libro "La sociedad postcapitalista" afirma que cada doscientos o trescientos años se produce una transformación aguda. En pocas décadas, la sociedad se modifica a sí misma de tal manera que las generaciones posteriores no pueden ni siquiera imaginar el mundo en el que nacieron sus padres. Ejemplos de estas transformaciones son el Humanismo del S XIV, la Revolución Industrial del S XVIII y la Revolución Informática inciada en nuestro contexto en los años ochenta. Junto a esta de los años noventa (llamada también ·década del cerebro"), que afecta a la psicología, a la educación y a la sociedad en general. Desde esta revolución emocional se trata de crear metas orientadas hacia la estructuración futura de la sociedad de tal forma que posibilite un mundo más inteligente y más feliz
La incidencia creciente de crímenes, violencia, arrestos, drogadicción, suicidios, inseguridad ciudadana,… es fruto según Goleman de un "analfabetismo emocional". Esto quiere expresar la falta de recursos internos y externos del individuo ante los conflictos (discrepancias, desacuerdos, ofensas,…). Es decir, de descontrol de la agresividad (lo que antes desembocaba en una pelea, termina hoy con un disparo o navajazos). Al no saber encauzar las emociones acaba frecuentemente en los jóvenes- sobre todo- en manifestaciones como la depresión, ansiedad, estrés, desórdenes en las comidas (como la bulimia y la anorexia), conducción temeraria, etc. Con la correspondiente incidencia social tan preocupante. In extremis, Goleman llega a afirmar que está en juego nada menos que las generaciones futuras, por lo que él considera muy importante la "alfabetización emocional", en un estudio e intervención de los comportamientos emocionalmente disruptivos para prevenir los efectos de las emociones negativas.
En la línea de Max Weber (1930) y su cuestionamiento sobre la producción, la economía, la industrialización, el consumo …correlacionados con la felicidad, podríamos cuestionarnos como educadores:
¿CUÁLES SON LOS FINES ÚLTIMOS DE LA EDUCACIÓN: ADQUIRIR CONOCIMIENTOS PARA PRODUCIR, O DESARROLLARSE COMO PERSONAS Y SER FELIZ ?
Sin duda, las dos opciones no tienen que excluirse una a la otra, sino tratar de conjugaras con acierto. En resumen: que el desarrollo satisfactorio del individuo (en este caso el alumnado) le lleve a la motivación por su aprendizaje y por su futura aportación profesional a la sociedad
"La verdadera educación nunca puede inculcarse de afuera hacia dentro. Debe ayudarse, por el contrario, a su eclosión espontánea de adentro hacia fuera, desde l os infinitos recursos de la sabiduría interior.En occidente, el alma del hombre se preocupa principalmente de extenderse hacia el exterior. Su campo de acción es la jpugna por el poder. Sus preferencias se inclinan decididamente hacia el mundo de la extensión, dejando de lado, e incluso negando completamente, el dominio de la conciencia interna. El hombre pierde entonces su perspectiva interior, su conexión con el ser interno., su conexión con el ser interno. Juzga de su actividad por su propio movimiento, y no por la serenidad de la perfección, no por el reposo que existe en la bóveda estrellada, en la rítmica danza de la incesante creación… Prende fuego a su existencia, y danza locamente a la luz del incendio" Rabindranath Tagore
p.picasso.madrid.
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